Holland Cotter
21.06.2012
De: Cotter, Holland «Politics as Performance, an Evolving Art,» The New York Times, Section: Art&Design, THE HOT LIST | ART. Published June 21, 2012, New York, United States. Copyright © 2012, The New York Times Company.
(A version of this article appeared in print on June 22, 2012, on page C29 of the New York edition with the headline: Politics as Performance, an Evolving Art.)
http://www.nytimes.com/2012/06/22/arts/design/immigrant-movement-international-in-queens.html?_r=1
La política como performance, un arte en evolución
Los artistas siempre han desdibujado las líneas entre el arte, la vida y la política: Joseph Beuys plantó miles de árboles para su escultura ecológica; Gordon Matta-Clark acumuló astillas de inmuebles de Manhattan para ilustrar lo absurdo de la posesión de propiedades. La tradición continúa con la obra de la artista cubana Tania Bruguera quien ha creado el equivalente a una obra de performance a tiempo completo llamada “Movimiento Inmigrante Internacional” en Corona, Queens.
Concebida como un gesto de solidaridad con las personas que viven ilegalmente en países extranjeros, el movimiento tiene su sede central en Roosevelt Avenue. Allí, los siete días de la semana y de forma gratuita, un reducido personal de voluntarios (muchos de ellos artistas) ofrecen un programa de ayuda práctica y de actividades de concientización a los residentes del vecindario, gran parte de ellos recién llegados de Ecuador y México.
Entre los servicios se incluyen asesoramiento legal y adiestramiento informático, clases de lectura (que son también una introducción a la historia del arte y ponen énfasis en la difícil vida de los artistas del pasado), así como clases sobre salud con sesiones de meditación y tai chi que conectan a la aislada población latinoamericana con las culturas asiáticas del distrito. También se realizan talleres de teatro que funcionan como lugares seguros para combatir el estrés, reimaginar la realidad y ensayar intervenciones políticas.
Un objetivo del Movimiento Inmigrante Internacional, definido en un manifiesto redactado en colectivo, es llevar a la esfera pública la causa de los derechos civiles de los inmigrantes. La cuestión es cómo llevarla cabo de una forma efectiva, lo cual constituye la esencia de una serie de reuniones de comunidades. La semana pasada, asistí a la primera de estas reuniones.
En la discusión se evidenciaba la fusión de la vida y el arte, lo cual Bruguera ve aún como un concepto en evolución dentro del proyecto. Algunos querían realizar marchas de protestas, otros consideraban formas más sutiles de manifestación masiva que habían aprendido de Occupy Wall Street, entre otras fuentes basadas en el teatro callejero. Lo que estaba claro era que todos (cerca de 50 personas), comprendieron la idea de la política como performance y estaban dispuestos a seguirla.
En 2011, cuando Bruguera inició el proyecto en Corona, con financiación de Creative Time y el Museo de Arte de Queens, los escépticos dieron por hecho de que se trataba de un viaje de ego de la artista y que no iba a quedarse. Un año y medio después, y habiendo gastado la mayor parte del dinero, la obra sigue desarrollándose y Bruguera aún está allí, viviendo en los altos de la oficina.
¿Es esto arte? Una pregunta demasiado repetida a la cual casi medio siglo de historia responde: «Sí». Por supuesto, es un arte que estaré haciendo este verano. Antes y después de que las galerías Chelsea cierren en vacaciones, pasarán muchas cosas en las reuniones comunitarias de Corona, cuando se esbocen nuevas ideas para las acciones del año de las elecciones, las cuales; posteriormente, se concretarán y se completarán como cuando se pinta un cuadro. Pocas veces se tiene la suerte de presenciar la concepción, refinación y terminación de una obra de arte.
En la página C29 de la edición de Nueva York del 22 de junio de 2012, aparece una versión de este artículo con el titular: Política como performance, un arte en evolución.