Tania Bruguera: Tania Bruguera: De la obra abierta a la obra infinita. A propósito del proyecto: Giordano Bruno para Santo. ¿Santo Protector de la Memoria Política? El poder no responde

Simonetta Lux
Noviembre 2010

De: Lux, Simonetta “Tania Bruguera: De la obra abierta a la obra infinita. A propósito del proyecto: Giordano Bruno para Santo. ¿Santo Protector de la Memoria Política? El poder no responde,” Tania Bruguera, En ocasión del solo “Giordano Bruno para Santo,” MLAC – Museo Laboratorio De Arte Contemporáneo, Roma, Italia. Ed. Postmedia Srl. Fiesola, Italia, Noviembre 2010, (cubierta & ilustraciones.) pp. 48 – 65. 

ISBN 88-7490-051-0

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Tania Bruguera: De la obra abierta a la obra infinita. A propósito del proyecto: Giordano Bruno para Santo. ¿Santo Protector de la Memoria Política? El poder no responde

por Simonetta Lux

¿Giordano Bruno para Santo? ¿Santo Patrón de la Memoria Política? ¿Por qué no el símbolo de Resistencia a la Censura?

No es realmente un tema muy actual – Me dije – dado el hecho de que hace sólo unos años la Iglesia de  Woytila se disculpó ante el mundo. Se disculpó no solo por la ridícula represión, desde los tiempos del guerrero Renacentista y los Papas banqueros, de los méritos de las obras de arte, cada una moderna en su propio tiempo, sino que se disculpó también ante el mundo por la ejecución y la quema de Giordano Bruno por herejía el 17 de febrero de 1600.

Ciertamente un poco arrepentidos, teniendo en cuenta que la justificación es – que  en la actualidad y considerando el estado actual de la ciencia – la condena ha comenzado a carecer de sentido.

Pero el hecho permanece.

Tania Bruguera, una artista independiente e inteligente, ha ubicado la crítica al Autoritarismo y el Poder Absoluto, donde quiere que sea evidente,en el centro de su obra.

Y hay mucho que encontrar en este Mundo.

Incluso en un análisis al azar.

Por ejemplo hoy, 24de septiembre – cuando finalmente estoy reescribiendo mi texto para Bruguera – el titular de «Corriere della Sera» dice: Show di Geddafi dalla tribuna – L’ ONU un consiglio del terrore [El show de Geddafi en el juzgado – La ONU un consejo de terror]. Firmado por  ‘uno de nuestros corresponsales’, quien nos recuerda que, Muammar Gheddafi, quien tomó el poder en Libia mediante un golpe de estado con veintisiete años de edad, puede burlarse en Nueva York tanto de la Carta de los Derechos de las Naciones Unidas como de los derechos de la Asamblea General, Asamblea conformada por «Jefes de Estados Democráticos y Dictadores«, algo que a estas alturas no es secreto para nadie.

Ghedaffi, por tanto, un liberticida, pero también Salvador de la patria y defensor de la memoria del sometimiento colonial, puede declarar frente a lo que una vez fue la noble Asamblea: «Obama es un hijo de África, una luz tenue en la oscuridad: Deberíamos sentirnos contentos si el Sr. Obama fuese presidente por siempre».

Él puede desear una dictadura,  una anti-democracia, en una democracia tan ponderosa como la de los Estados Unidos: ¡desear la presidencia perpetua para Obama, sin repercusiones! ¡Quizás una risita temerosa; algo singular!

¿Por qué esto no nos sorprende, y por qué, por el contrario, los vemos como una algo singular?  (Así lo llaman los periodistas, bien hecho, Massimo Caprara, y quizás también el escritor del titular)

A decir verdad, Barack Obama y su secretaria de estado Hillary Clinton abandonaron el salón para no cruzarse en su camino. No tanto por ser un dictador y violador de los derechos humanos fundamentales (vea la suerte de aquellos prisioneros en Libia), como por el hecho de que había, como sabemos, reservado una cálida bienvenida al bombardero de Lockerbie en Tripoli (que fue recientemente liberado por gran Bretaña).

Esto demuestra la complejidad del juego de comunicación ambiguo y metafórico, realista y sublimado que existe en el mundo. Por lo tanto, en el, por ahora, eterno o continuo presente, no solo existen de manera simultánea la geografía, la historia de todos los tiempos y las diferentes culturas, sino que la existencia o la no-existencia de los principios de responsabilidad y libertad de «comunicación e información» también se presentan simultáneos y básicamente indiferentes.

Aquí en Italia, tenemos nuestro famoso artículo 21 de la Constitución; fueron hombres astutos nuestros fundadores, concientes a plenitud de la destrucción física causada por la interrupción fascista (dictatorial) de las comunicaciones. Y ciertamente no pudieron imaginar el proceso de destrucción interior en la formación de las mentes jóvenes, en un proceso que fusiona la mezcla de la comunicación masiva y la acción ficticia de simulacros humanos, justo como ocurre hoy en Italia. 

La extendida práctica de la censura, la tortura y la ausencia de libertad de información evidenciada a lo largo de casi todo el mundo moderno me parecen un tema más convincente que el escogido por Tania Bruguera. En especial, cuando en Italia es del conocimiento de todos lo sucedido con  Giordano Bruno. Todos lo aman, ya que es un símbolo de la Italia unida que el Estado de la Iglesia disolvió, una Italia que fue primero monarquía para luego convertirse en república. Creemos que lo sabemos todo, pero en realidad, recordamos algunos fragmentos de la verdad que de alguna manera se ha impuesto firmemente entre nosotros.

El monumento a Giordano Bruno, en Piazza Campo de’ Fiori en el centro de Roma, frente al cual Domenico Scudero trajo a Tania Bruguera, fue de hecho realizado en 1888 por Ettore Ferrari; artista republicano y masónico, en una era cuando la Masonería era el medio para la constitución de  alianzas libertarias contra otros Absolutismos (Iglesia, Monarquía, etc.).

La memoria es ciertamente un asunto importante, más que la lucha declarada entre los autoritarismos pasados y presentes: Giordano Bruno, de hecho, ya era consciente de ello. Temiendo la erradicación y pérdida de sus ideas, que seguirían a su arrepentimiento, prefirió retirar su anuncio y murió, quemado, con una mordaza en la boca, para que no pudiera gritar esta verdad, incluso de entre las llamas de la hoguera, nada más y nada menos que en  Piazza Campo de’ Fiori.

Temiendo una futura pérdida de la memoria: él, quien – según algunos historiadores de filosofía – había deseado estar en la escena de los mayores poderes de su tiempo (la Iglesia, Venecia, Francia, Inglaterra y las Universidades más importantes de Europa).

Y la memoria es un tema que pertenece al mundo actual, si bien los actos procesales del juicio de Bruno fueron, literalmente, enviados al pulpero a inicios del Siglo Diecinueve; el Santo Oficio, como todos los centros de poder autoritarios y represivos, lo conservó todo cuidadosamente hasta la actualidad (los dos últimos siglos).

Mientras la verdad se ha mostrado ambigua desde finales del Siglo Dieciocho, el concepto relativo del conocimiento a partir de Diderot, por el contrario, ha echado por tierra la práctica de archivistas y dictadores histéricos. Aún cuando los actos procesales del juicio de Bruno y la sentencia de muerte se conservaron intactos por siglos, en los archivos del Vaticano hoy sólo permanece  – como verán – un índice temático del fallo final del juicio a Giordano Bruno en Roma.

Tania Bruguera, por tanto, menciona el tema de la memoria; Giordano Bruno fue silenciado y quemado en la hoguera, con una mordaza en la boca (un tipo de horquilla de metal fue insertada en su garganta para bloquear su lengua) para evitar que expresara sus ideas.

Este es el primer elemento sorprendente.

Tania, además, hace unos años, en la IX Bienal de la Habana en 2006, trabajando como suele hacer en el Centro de los Márgenes del Campo,  presentó artistas emergentes de su escuela en el Instituto Superior de Arte, ISA: estudiantes de su Cátedra Arte de Conducta.

Jeanette Chaves fue una de las estudiantes presentada en su casa estudio. La apertura de su casa estudio demuestra el primer principio de Tania de responsabilidad y, a la vez, un estreno compartido con otros (por ejemplo la obra El Peso de la Culpa que tuvo lugar unos años antes). Ella se presentó con el video Autocensura (2006, 2:52 min), donde Jeanette Chavez, en un puro dolor, ata fuertemente su lengua y cierra sus labios, de modo que el dolor auto-infligido se torna «invisible»: ella «se lo traga».

Pero más que la tortura peculiar de la lengua restringida, Tania quiere medir la «fortuna popular» de Giordano Bruno, en lugar de la erradicación de su memoria documentada.

De hecho, la obra de arte-instalación-performance, que Tania definió en Roma en el MLAC y el IILA como el «comienzo» del proyecto Giordano Bruno para Santo, no es tan importante como el mecanismo que lo pone en marcha. La «forma», ya sea «instalación», «exposición corporal», video, pintura o escultura, no es realmente el arte, sino un modo de energía hecho a partir del pensamiento y la responsabilidad del artista, entrelazado con importantes asuntos del mundo actual; un proceso de relaciones, construido sobre una base, o cimientos del intercambio.

Es evidente que por alguna razón Tania Bruguera ha venido socavando el propio concepto del  performance, en los artistas,  confiando parte de la acción al espectador.

Es lo que en otros lugares he llamado un pasaje esencial del  arte, de la obra abierta (como la propone Umberto Eco) a la obra infinita (en Arte Ipercontemporanea. Un certo loro sguardo, Roma, 2007).

¿Pero cómo lo hace? Ella coloca un sentimiento, una percepción, una tensión entre los sentidos físicos y mentales de cualquiera que se acerque, empujándonos de manera irresistible hacia delante, mientras que nosotros, por necesidad, también miramos hacia atrás.

Tania Bruguera, en el pasado, lo ha hecho mediante: Mi cuerpo; el cuerpo del Otro; Nuestro cuerpo. Cuerpo y Poder: «El poder tiene su propio medio de expresión. Los medios de difusión constituyen uno de los canales más atractivos para agregar, proyectar o imponer ideologías. El individuo, destinatario de los efectos de los mecanismos establecidos por las fuerzas de poder (ya sea político, gubernamental, sexual, ideológico o económico entre otros), entra en una interrelación  en la que, al final, sólo puede contar con su cuerpo como el medio más sincero de expresión de resistencia. Mi cuerpo es mi instrumento. Es el lugar donde puedo dar una voz a mi opinión. Es el espacio donde tengo cierto poder, incluso si es solo el poder de ubicar mis pensamientos y emociones» declaró Tania Bruguera en The Burden of Guilt II (El Peso de la Culpa II), 1999, (publicado en www.UniversesinUniverse.de).

Desde el inicio, «mi cuerpo»: En 1992, reviviendo el cuerpo/pensamiento de otra persona dentro de sí misma, como en el Homenaje a Ana Mendieta, la joven artista minimalista de origen cubano que fue lanzada desde la ventana de un rascacielos en Nueva York  (Centro de Desarrollo de Artes Visuales en la Habana)

En 1995, con Lo que me corresponde, que tuvo lugar en la casa estudio de la artista.

En 1996, con Cabeza abajo (Head down), en el Espacio Aglutinador en la Habana, y con Lágrimas de tránsito, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, también en La Habana, preservado por Llillian Llanes (la fundadora de la Bienal de la Habana en 1984).

En 1997, por consiguiente, con El Peso de la Culpa.  Un performance muy conocido que tuvo lugar el 4 de mayo, una vez más en su casa estudio en un viejo vecindario popular en el centro de La Habana. Un performance, una acción que recuerda los sucesos que fundaron la Nación Cubana.  

Tania se sentó en la base de una enorme bandera cubana que ella y otras mujeres del barrio habían tejido con sus cabellos. Tenía un cordero sacrificado, aún sangrando en sus hombros. Por unos 45 minutos, según ella misma recuerda, mezcló suelo cubano con agua y se lo comió. Su intención era recordar el ritual de suicidio de los nativos de la isla, quienes se suicidaban comiendo grandes cantidades de su propia tierra, que para ese entonces, habían perdido a manos de los conquistadores españoles.

Representando, al final, preocupaciones sobre los temas más candentes de interés actual: la relación entre el artista y el poder, que, en el caso de Cuba, significa Fidel Castro.

En la Habana para la Bienal del año 2000, donde me reencontré con Roberto Pinto y conocí a Tania Bruguera, estuve presente en la resistencia de la artista a la censura. La obra de arte en realidad se llamaba Ingeniero de almas. Fue escrita en una placa el día del vernissage (retirada por la propia artista al final de la tarde), mostrada justo antes de la entrada a su show en aquella antigua prisión subterránea situada en la Cabaña (la antigua fortaleza militar que ahora alberga el show y los museos). La alusión a la hiper-determinación empleada por Fidel en sus propios campesinos queda evidente en cuanto uno penetra el oscuro túnel de ochenta metros. Con tierra esparcida, hojas descompuestas de caña de azúcar con un olor que puede provocarte un desmayo, nos alcanza en una línea formada por su apretada entrada. Una vez dentro, caminamos en la oscuridad y nos encontramos en una encrucijada, iluminada desde arriba por un TV monitor inclinado hacia abajo, suspendido de las bóvedas. Dentro estaba la imagen de Castro – ahí está el ingeniero de nuestras almas – que abría y cerraba con un gesto circular hacia su camisa blanca, señalándonos su corazón. Todo estaba en penumbras a mi alrededor, cuerpos desnudos, hombres jóvenes y ancianos tratando de limpiar sus cuerpos para hacer desaparecer algo. Siendo humano y poderoso, una materialización de moralidad, pero también un sentido de culpa (lavándose), sumisión y sacrificio.

La sensación, para mi también, fue plena e inolvidable, vivida en esa lenta línea. El olor, la oscuridad, la TV y la increíble confirmación de nuestra ridícula capacidad de rápida adaptación, incluso al horror más evidente, como a ese olor que al primer impacto parecía intolerable.

Pero en el caso de Giordano Bruno para Santo, quién actúa?

Por una parte, la petición de canonización se hace a la Iglesia, que nunca va a responder; por otra parte, está la preparación de los documentos para (una posible) canonización, con el único objetivo de activar, dentro de nosotros, un trabajo crítico y nemotécnico, que por error, creemos dominar. 

La rápida capacidad de síntesis es típica de la comunicación característica del arte contemporáneo, y de Tania en particular: ella construye el discurso mostrando algunos destellos, cuidadosa de las marcas e indicios reales que caen ante nosotros, los que se comparten fuera de las bibliotecas y las academias. 

Pensé en buscar en Google: ¿y qué encontré? (Quizás Bruguera también buscó?)

Un camino a Joyce: confiable dada la cultura de Tania, y de quien en general ha estudiado en el ISA (Instituto Superior de Arte) de la Habana.

Leí: «Giordano Bruno: El Filósofo Olvidado» por John J. Kessler. Joyce da al fantasma disfraces como San Bruno y el Nolan de Cabashes y Noland’s brown» (en.wikiquote.org/wiki/Giordano_Bruno).

Es un callejón sin salida.

En la útil confusión de Wikiquote y Wikipedia, y al ser guiada por uno de mis temas fijos de la publicación «Carte Segrete» (n.10, 1969, que en p.93 refiere un resumen del juicio de Giordano Bruno y brinda algunos fragmentos) encuentro, si bien es cierto que con alguna dificultad, el camino a Joyce, de Joyce a Bruno y de Joyce/Bruno a Tania Bruguera. Si embargo, es necesario pasar por el último redescubrimiento del resumen del juicio, el Sommario del processo (1940), y su publicación (1942).

¿Por qué el Vaticano lo publicó?

Estamos a mitad de la guerra, el Fascismo no ha caído aún. Es necesario ir y encontrar quién es Angelo Mercati, el hombre que encontró en 1940, el resumen del juicio contra Giordano Bruno de 1957.

La entrada online en el sitio web de A.S.V (http://asv.vatican.va/en/doc/1597.htm) dice: «Volumen del papel, 320x240mm, ff. 429 (antiguo, parcialmente una enumeración errada que no incluye muchos folios blancos), unidos en pergaminos; en el dorso: VARIA. Censurae.
ASV, Misc., Arm. X, 205, ff. 230v 231r»

Y expresa que Angelo Mercati es el Prefecto de los Archivos del Vaticano y que eso fue publicado, con una extensa introducción, en 1942, como parte de la sucesión de Estudios y Textos

«En uno de los volúmenes del fondo  «Miscellanea Armadi» (Arm. X, 205), quizás compuesto por una colección de diferentes documentos del famoso canonista Francisco Peña, Auditor y en aquel entonces Rector de la Rota (murió en 1612), hay un valioso  documento, que fue buscado por largo tiempo, luego se mantuvo en silencio por mucho tiempo y finalmente fue encontrado el 15 de noviembre de 1940 en el fondo Pius IX después de 15 años de infructuosa investigación desarrollada por el Prefecto de los Archivos del Vaticano, Angelo Mercati: el resumen del juicio contra Giordano Bruno. Gracias a Angelo Mercati, el resumen se publicó en 1942, con una extensa y magnifica introducción

Dado que el volumen o los volúmenes del juicio romano contra Giordano Bruno (1548-1600), una vez mantenido en los archivos del Santo Oficio, irremediablemente se perdieron, este documento, que se deriva de los originales (en los márgenes del documento con frecuencia se encuentran citas de las páginas del juicio extraviado), es el testimonio más valioso que tenemos para comprender el largo y complicado proceso acusatorio por el que atravesó el famoso fraile dominico. Es probable que algunos fragmentos de las obras de Giordano Bruno, sus interrogantes, algunos registros del juicio Veneciano de 1952 contra el famoso predicador y otros documentos copiados del juicio original fusionado en el resumen, hayan sido usados por el Asesor del Santo oficio en aquel periodo.  

Las vicisitudes humanas de Giordano Bruno terminaron con el juicio romano (1593-1600) y con la sentencia de herejía comprobada, la que, debido a su resuelta y firme declaración de ser inocente, cambió a pena capital, ejecutado en Campo de’ Fiori el 1h de febrero de 1600. En uno de sus últimos interrogatorios antes de la ejecución de la sentencia (quizás en abril de 1599), los jueces del Santo Oficio preguntaron al fraile domínico sobre su concepción cosmogónica, respaldada en especial en la «La cena delle Ceneri»(Ash-Wednesday Dinner, Cena de miércoles de ceniza) y el «De l’infinito universo et mundi» (el universo infinito del mundo). incluso en ese momento, defendió sus teorías remitiéndose a su fundamento científico y dejando claro que para nada estaban en contra de las Sagradas Escrituras (dejadas a un lado, desde la primera línea: Circa motum terrae, f. 287, sic dicit: Prima generalmente dico ch’il mo<t>o et la cosa del moto della terra e della immobilità del firmamento o cielo sono da me prodotte con le sue raggioni et autorità le quali sono certe, e non pregiudicano all’autorità della divina scrittura […]. Quanto al sole dico che niente manco nasce e tramonta, né lo vedemo nascere e tramontare, perché la terra se gira circa il proprio centro, che s’intenda nascere e tramontare [… ]). (Circa motum terrae, f. 287, sic dicit: Primeramente, digo que las teorías sobre el movimiento de la tierra y sobre la inmovilidad del firmamento o del cielo, a mi entender, se producen sobre una base pensada y segura, que no socava la autoridad de las Sagradas Escrituras […]. Con relación al sol, digo que no sale o se pone, ni lo vemos salir o ponerse, porque, si la tierra rota sobre su eje, ¿que entendemos entonces por salir o ponerse […]?). 

En las mismas habitaciones donde Giordano Bruno fue interrogado, por las mismas importantes razones de la relación entre la ciencia y la fe, en los albores de la nueva astronomía y el declive de la filosofía de Aristotéles, dieciséis años más tarde, el Cardenal Bellarmino, quien en aquel entonces respondió a la tesis herética de Bruno, citó a Galileo Galilei, quien también enfrentó un famoso juicio acusatorio, que, para su dicha concluyó con una simple abjuración.»

Esa es la entrada, no nos dice como se destruyeron los actos procesales del juicio romano ni la sentencia de muerte de Giordano Bruno; uno de los archivos del Archivo del Vaticano llevado a París por Napoleón en 1810, y destruido entre 1815 y 1817 durante el retorno de los Archivos a Roma.  

La publicación «Carte segrete» (mencionada anteriormente) recuerda en la página 94 que «Marino Marini, incaricato da Pio VII e dal Cardinale Consalvi di ricondurre a Roma quei tesori, non dubitò di considerare inutili quei processi del Sant’Uffizio e non esitò, con la del cardinale a distruggere in minutissimi pezzi,immersi poi a macerarli in acqua, nella vendita che ne fece a una fabbrica parigina di cartoni, realizzando 4.300 franchi, una somma che fa comprendere essersi trattato d’un numero veramente grande di volumi«. (Mario Marini, acusado por Pio VII y el Cardenal Consalvi de traer de vuelta esos tesoros a Roma, no dudó en considerar inútiles los juicios del Santo Oficio, y no dudó, junto al cardinal, en hacerlos pedazos, sumergiéndolos luego en agua para macerarlos en una venta realizada a una fábrica de cartón parisino, con la que recibieron  4.300 francos, suma que demuestra que se trataba de numerosos volúmenes).

Con la destrucción de los actos procesales reales del juicio celebrado en Roma, la memoria de Giordano Bruno, su filosofía y su teoría cosmológica, en honor a la verdad, renacieron.

No quiero recordar aquí los pocos, pero interesantes aportes europeos a su conocimiento, pero vale la pena mencionar unos pocos. Jacobi, quien, cercano al Iluminismo, en 1785 tradujo al alemán, por primera vez, una parte de De la causa, principo et uno; por «ese escritor oscuro» que pudo dar una «clara y maravillosa descripción del panteísmo». Posteriormente, in 1802, Schelling sacó provecho del diálogo de Jacobi  sobre Bruno, y luego, Hegel, quien conoció a Bruno de manera indirecta.

Sin embargo lo que llama mi atención es que, en la esfera del Resurgimiento Italiano del Siglo Diecinueve, fundado en los principios y el culto a la libertad,  la igualdad y la fraternidad, entre las primeras acciones de las luchas libertarias y democráticas en una Italia que aún no estaba unificada, buscaban aquello que había representado esos valores durante siglos. Y no es coincidencia que uno de los actos de la República Romana de 1849, reprimida brevemente pero de manera sangrienta (represión que duró desde el 9 de febrero hasta el 4 de Julio) fuese la búsqueda de los papeles relacionados con la sentencia de muerte de  Giordano Bruno.

Giordano Bruno es el símbolo de represión de los principios de libertad de pensamiento y comunicación, perpetrada constantemente hasta entonces, en todos los régimenes absolutos y autoritarios que no fue abordado hasta recientemente por la Revolución Francesa de 1789.

1849 fue el año de la más extendida revolución de los principios de libertad, igualdad y fraternidad que tuvo lugar en Europa. Principios que estaban siendo proclamados dentro de una situación en Italia – como sabemos – de muchos Estados fragmentados, gobernados por diferentes potencias extranjeras, incluido el Pontificado (vea la Constitución de la República Romana de 1849 anunciada desde el Capitoline el 3 de julio, mientras las tropas francesas de Oudinot al servicio del Pontificado entraban en Roma y el día antes derrotan a la República Romana).

De hecho, en 1849, cuando Giacomo Manzoni, ministro de finanzas de la República Romana entró a los Archivos Secretos del Vaticano y a los del Santo Oficio, buscó y encontró información sobre Giordano Bruno, aunque no encontró los procesales del juicio romano.

No obstante, se difundió mucha información sobre la biografía y filosofía de Giordano Bruno hasta la unificación de Italia el 17 de marzo de 1861.

A pesar de la violenta represión de las tropas pontifical en 1859 (que se unieron al reino de Italia en noviembre de 1860, después de los resultados de los plebiscitos en  Umbría y la Marche), esta información se publicó posterior a la proclamación de la Unificación de Italia el 17 de marzo de 1861. Fue publicada en 1868 por Domenico Berti (editor de Paravia, Florencia, Turín y Milán) en Vita di Giordano Bruno da Nola (La vida de Giordano Bruno de Nola,).

Él puso fin, en 1868, al «silencio de información» que cubrió a Giordano Bruno después de su muerte y que se extendió por más de 250 años; amigos, embajadores, invitados y colegas, la helada cayó en la incómoda personalidad.  Con excepción de Gaspare Schopp, Caballero de St. Peter y Conde del Sagrado Palacio de Clemente VII (Schopp era un amante de la cultura que renunció al Protestantismo siendo muy joven), todos permanecieron tranquilos; los coetáneos de Bruno que lo conocieron personalmente, sus editores, las personas a las que dedicó obras y escritos. Su nombre se eliminó de los registros de la Orden de los Domínicos y de los registros de los profesores de todas las universidades europeas donde impartió clases: Toulouse, París, Alemania, Marberg, etc.

Gaspare Schopp (apodado el Scioppo), quien se las agenció para liberar de prisión a Tommaso Campanella, estaba presente en la plaza de Campo de’ Fiori el 17 de febrero de 1600, «en la lúgubre y horrenda quema de Bruno», según escritos de Domenico Berta. Esa misma noche escribió una carta dirigida al Rector de la Universidad de Altorf, informándole sobre los diversos pensamientos de Bruno  a partir de 1582, los diferentes vuelos y migraciones por Europa y los lugares de publicación. Schopp había presenciado la lectura de la sentencia el 9 de febrero de 1600.

Y es gracias a Gaspare Schopp que sabemos la respuesta que diera Bruno al dirigirse a los jueces del Santo Oficio: «Al pronunciar la sentencia contra mí ustedes sienten mayor temor que yo al recibirla».

Bruno, se entregó al «arma secular», que inicialmente había señalado su intención de retractarse, antes de cambiar de idea, murió sin miedo.

Sin embargo, según Berti, Schopp, quien también estuvo presente en la sala de inquisición, confió en su memoria. Y, además hay lagunas en el trabajo del único historiador, el francés Bartholmèss (Jordano Bruno, París, 1846), quien no pudo encontrar otros testimonios sobre la quema de Nolan.

No hay rastro del «hecho salvaje», dice el patriota Berti, en las cartas que sus amigos más importantes intercambiaron en las horas y días posteriores al suceso.

¿Pero cómo,  pregunta Berti, es posible que no se mencione en las crónicas una quema que ocurrió al final de la tarde, con una vasta presencia de la población? ¿Fue tan fuerte el poder terrorista de la Inquisición «que dejó sin habla a cientos y cientos de Católicos reunidos en Roma en aquellos años» en ocasión del jubileo de 1600?

Berti, en 1868, se preguntó (como sucederá luego con los retractores del Holocausto, quienes, como los perseguidores, intentan esconder la documentación) si la carta de Schopp no exageraba con relación a la «sentencia incendiaria» de la Inquisición, y busca nuevos documentos. En realidad ya los había encontrado, y – en el libro – recuerda sus hallazgos como una novela de misterio.

Un distinguido amigo suyo dentro del Archivo del Vaticano (al cual Berti obviamente no pudo acceder) le dice que en ese archivo hay más documentos, pero que han sido tachados y borrados en numerosos lugares.

Berti, recordando que Giordano Bruno en Praga en 1588 había dedicado sus cincuenta teorías de la geometría al «emperador singular que fuera Rodolfo II» (quien le pagó con gran generosidad), recordó también que Kepler había llegado allí quince años más tarde. ¿Es posible – se pregunta Berti- que no quede nada de Kepler, «El más prestigioso matemático y astrónomo de la era moderna,  Kepler,  de quien se deriva el nombre de la importante ley que mide las órbitas por las que viajan los cuerpos celestiales? Kepler se asemeja a Bruno en muchos aspectos, en especial en la fuerza de la imaginación, en la intuición poética y en la independencia del espíritu.  Tan pobre como el Nolan,  y muy atribulado como él, sin embargo fue capaz de enfrentar con coraje cualquier  obstáculo y levantarse por encima de todo y todos. De modo que, no sólo apreció adecuadamente al genio, sino que también profesó el apego a algunos de sus pensamientos».

Domenico Berti busca rastros de sus ideas y los encuentra indirectamente, como un sabueso de la memoria histórica, la que, debiera decirse, es la clave sobre la que se construye  la Italia Unificada moderna y democrática.

Berti, de hecho, recuerda que Martino Hasley escribió en una carta dirigida a Galileo Galilei que  Kepler se quejó porque él no había mencionado a Nolan en su Nunzio Sidereo.

Kepler por tanto, reprochando a los oportunistas intelectuales, no lo había olvidado. Además, Domenico Berti nos cuenta que Kepler también habló sobre la vida y la horrenda muerte de Giordano Bruno, y que al revisar toda la correspondencia (Joannis Kepleri astronomi, Opera omnia, edidit Frisch, vol. II, pg. 592) encontró pruebas sobre la quema de Bruno en la hoguera.

Su amigo el Dr. Brengger le pidió detalles sobre las ideas y la muerte de Giordano Bruno el 7 de marzo de 1608: «Te refieres a Giordano Bruno carbonizado (prunis tostus) – le escribe Bregger a Kepler – por lo que pienso que lo quemaron; dime si eso es cierto y cuándo y por qué le sucedió algo así: házmelo saber, siento pena por él».

Kepler, responde desde Praga: «Escuché por Wacherio que Bruno fue quemado en Roma y que sufrió la tortura con férrea determinación, afirmando que todas las religiones son vanas y que Dios lo identifica con el mundo, el círculo y el punto».

Brengger quedó sorprendido con la locura de Giordano, y citando su carta («no pudo haber simulado con impunidad, para salvar así su vida?») Domenico Berti recuerda que Bruno dijo que la muerte debía anteponerse a una mentira, aunque las masas lo consideren una locura: «Vulgus te coecum dixerit: ergo Luce oculisque carens, sine menteque dixerit Amens» (De Monade, pag. 1).

Berti, presentando esa evidencia, dándole vida, al recordar y dramatizar el tan escaso «recuerdo»  (solo unas pocas evidencias) de la violencia cometida con Giordano Bruno, mostrándonos las mentiras y ocultando la verdad, así como la patética y temerosa muerte de la memoria científica.  

Pero entonces Berti busca fechas y otros documentos.. Por ejemplo, en el archivo Frari en Venecia, donde tuvo lugar la primera parte del juicio y donde el Conde  Giovanni Mocenigo hizo su denuncia (porque Bruno no pudo, o no quiso, enseñarle los secretos de la memoria). Allí encuentra los documentos de la acusación de Mocenigo, así como los interrogatorios de cuatro testigos contra Bruno, y con ellos la memoria de Bruno, su vida, viajes y obras. Encontró también la correspondencia entre Venecia y la Inquisición romana desde 1592 hasta 1593 (entre el Embajador de Venecia ante el Pontífice y el Santo Oficio). No se encuentran (menciona lo que debía aparecer) los documrntos relacionados con el juicio romano y la sentencia de muerte, de la cual, no obstante, a esas alturas había «pruebas».

En la auto-defensa de Giordano Bruno durante la fase veneciana de los interrogatorios, en los que se mantuvo lúcido y con muy Buena expresión frente a las preguntas que se le hicieron, sin mostrar «violencia» verbal ni conceptual, Berti comenta: «No se le interrumpe, y se expresa con una calma tal, que más que defenderse  a sí mismo parece estar preocupado por dar a conocer sus doctrinas, citando por esto a sus propios libros.»

Es mediante esta tortuosa investigación que Tania Bruguera, quien había escogido a Giordano Bruno con rápida intuición, nos trae a un juego de mesa, para el arte; forzándonos a mirar en nuestro interior y en las ideas de la memoria, la información, la invención política, el principio de la verdad y la lealtad hacia nosotros y nuestras propias ideas. 

Después de conocer a los filósofos libertarios y artistas del Resurgimiento, incluido el escultor Ettore Ferrari, a quien se le asignó a finales del Siglo Diecinueve  erigir el monumento a Giordano Bruno en Piazza Campo de’ Fiori, es inevitable indagar dentro de esa renombrada red por Joyce y por Giordano Bruno, the Nolan, a quien hice referencia y sobre quien comenté al inicio porque no parece llevarnos a otro punto que a donde  la red (y nuestra memoria cultural) nos lleva: <Joyce_Giordano Bruno>?

Esto abre otro mundo, el del Siglo Veinte, en el que uno de los autores más ilustres revolucionarios, James Joyce, ya desde sus primeras obras, inextricablemente captura las enseñanzas de Giordano Bruno entre el sujeto  individual y el filósofo. En Un retrato del Artista como un hombre Joven, James Joyce, al estilo de Giordano Bruno, enuncia su  poesía como artista y hombre libre: » No voy a servir aquello en lo que ya no creo, aunque se haga llamar mi hogar,  mi patria o mi iglesia: y trataré de expresarme en algún modo de vida o arte tan libre como pueda y lo más plenamente posible, utilizando como defensa las únicas armas que me permito usar – el silencio, el exilio y la astucia«.

Han habido muchos (incluso si no fuesen tantos) estudios  sobre Joyce y Bruno desde 1903 hasta la actualidad.

Algunos de los nombre más importantes son John J. Kessler, James Knowlson, Samuel Beckett, Thornton Wilder, Randy Hofbauer, Bill Kuhns, Marshall McLuhan. Hay muchos lugares y rastros de Bruno en Joyce.

La re-presentación, el modo particular en que Tania Bruguera lleva a cabo sus acciones políticas con arte, se adentra hoy en nuestras mentes. Estamos obligados a revivir nuevas formas de enfrentamiento con autoritarismo.

Se activa el proceso metamórfico infinito, con el que se expresa la libertad divina del pensamiento, que – según Giordano Bruno – nos obliga a actuar una vez más dentro de nuestra piel como si estuviésemos en su piel, la piel de los que anticiparon nuestro pensamiento actual, ya sean patriotas intelectuales liberales del Resurgimiento italiano, o escritores o críticos literarios ingleses o estadounidenses, o el propio James Joyce o Samuel Beckett.

Vea la lectura de Constituzione della Repubblica Romana, que posteriormente sería la base de las constituciones posteriores de la Italia Unificada, hasta nuestra Constitución actual de 1948, cuando nació la República Italiana. Afirmando los principios por los que poetas e intelectuales italianos lucharon por siglos. En 1948 se otorga, por primera vez, el derecho al voto a todos los ciudadanos.