The H Magazine
Sandra Sosa
2006
De: Sosa, Sandra «Acotación», The H Magazine, Sección: The H Arte. 2006, Nro. 3 (H3), 2006. La Habana, Cuba.
Acotación
de Sandra Sosa
Tania Bruguera es una figura atípica en el arte cubano contemporáneo por su condición de performance artist en un contexto local gobernado por el objeto artístico: los noventa. El término, asociado con performing art, apunta hacia el entretenimiento y el mundo del espectáculo, aunque Tania disiente de tales criterios. Ella se pronuncia a favor de un arte de conducta donde la condición original del performance, su negación a cualquier estética preconcebida, es manipulada en función de la (in)consciente red de significados del imaginario social. En este sentido, el performance es “(…) una estética que parte de la ética no de las formas. Las formas en performance se establecen a partir de las acciones y la carga semántica que éstas puedan tener. Las decisiones de los elementos que se utilizan, de las acciones y los lugares en los que se va a hacer están basadas no en lo que se puede ver, sino en lo efectivo que puede ser. El gesto que puede o por lo menos lo intenta.”
Su serie de performances, Rostros Corporales (1982-1993), fue un homenaje a la artista cubana americana Ana Mendieta que devino en una reflexión sobre la emigración y el sentido de pertenencia a un espacio determinado. Estas obras, junto con el periódico Memoria de la postguerra (1993), publicación que describió la escena del arte local al margen de la censura y gracias a la colaboración de artistas y escritores que vivían dentro y fuera de Cuba, fueron un intento frustrado por transformar ciertos espacios de la sociedad desde el arte. Con estas obras Tania Bruguera convirtió al poder, sus manifestaciones y extensiones en el accionar del cuerpo social, en debate constante de su quehacer.
Lo que me corresponde, Cabeza abajo, Lágrimas de tránsito, El peso de la culpa, Cuerpo del silencio, Destierro, Silencio, son algunos de sus performances más conocidos. Ellos aluden a un sistema de pensamiento donde la práctica ética del individuo, sus acciones y reacciones, es puesta en tela de juicio en correspondencia con la sociedad. La artista escoge un gesto que traduce un estado psicológico y lo repite hasta el infinito. Angustia, culpa, impotencia, silencio, expiación, parecen ser los mecanismos de respuesta del sujeto presentado por Tania. La prolongación de la acción, siempre dolorosa por el grado de intensidad y extensión que emplea la artista en su realización, trastoca el performance en sacrificio. El acto racional desatado acto irracional. Tania yace en trance y el tiempo se detiene en el espacio virtual de su mente. Sólo existe el espacio del yo psicológico en busca de la catarsis. Autoflagelación de la mente y del cuerpo para alcanzar la trascendencia del sujeto. Pensamiento interior convertido en automatismo gestual, donde el observador se transfigura en oficiante. Tortura psicológica y física donde el tiempo transcurre lentamente para quien observa. El gesto individual trasmutado en gesto colectivo. Ritual primitivo que saca a la luz los más recónditos escondrijos de nuestra memoria cultural y su estructura de significados. La conducta humana se torna medio para acceder a un conocimiento de la sociedad. El grito de la vanguardia histórico artística de principios del siglo XX, mezclar arte y vida, se renueva en un concepto donde ambos son procesos vivos e interconectados por la autoconciencia de la artista.